En 1340, Valdemar Atterdag se convirtió en rey de los daneses. Cuando Valdemar solucionó ciertos problemas internos, comenzó un periodo de guerra y expansión territorial. El rey puso sus miras en varias provincias que los suecos habían arrebatado a Dinamarca en el pasado para recuperarlas. Tuvo éxito en Escania y pronto dirigió su atención al Báltico y a la próspera y estratégicamente importante isla de Gotland, que durante años se había enriquecido gracias al comercio entre Suecia, el norte de Alemania y las provincias rusas.
En 1361, en pleno verano, partió para capturar la isla de Oland y su fortaleza de Borgholm. El 22 de julio, invadió Gotland. Tras saquear la campiña de la isla con entusiasmo, Valdemar IV dirigió a sus hombres hasta la urbe más importante del lugar: la ciudad hanseática de Visby. Frente a sus murallas se encontraron la última resistencia: una precaria tropa en la que la mayoría eran muy jóvenes o demasiado viejos. Fue una masacre y la ciudad cayó ante los invasores daneses.
La tradición cuenta que el rey de Dinamarca mandó colocar tres enormes toneles de cerveza en la plaza mayor de Visby y amenazó a sus habitantes con reducir la ciudad a cenizas si no los llenaban de oro y otras riquezas en el plazo de tres días. Este tipo de impuesto se conoce en sueco como impuesto del fuego (brandskattning). Se dice que los acaudalados comerciantes de la ciudad llenaron los barriles de los daneses en menos de un día.
Ese es el momento que recoge este espectacular lienzo. El rey danés Valdemar IV (también conocido como Valdemar Atterdag) está sentado a la derecha, en un elevado trono rojo frente a la gran iglesia de Santa Catalina (hoy en ruinas). Su nombre en latín, VALDEMARUS, figura en el dosel. Observa pacientemente a los habitantes de la ciudad mientras se apresuran a llenar las cubas.
En el centro del cuadro aparecen los personajes principales, es decir, el alcalde y su familia. El edil aprieta el puño con ira y mira al rey danés conteniendo su cólera, quizá representando la eterna lucha del bien contra el mal. Su esposa, por el contrario, mira al cielo, hacia Dios, interpretando el papel de la Virgen María, mientras suelta una lágrima por el rabillo del ojo.
Utilizando el drama y los efectos especiales para captar nuestra atención, el artista se esfuerza por crear la sensación de que somos testigos de la realidad, de que estamos presentes en la escena, algo a lo que contribuye el gran formato de la obra.
A propósito del artista: su autor es el pintor sueco Carl Gustaf Hellqvist, muy ambicioso a la hora de representar con gran fidelidad los momentos históricos de sus obras. Para ello, contaba en su estudio de Múnich con innumerables objetos y atrezzo (sobre todo armas, armaduras y ropajes), tal y como muestra esta fotografía, en la que el observador avezado podrá encontrar algunos elementos presentes en el cuadro que nos ocupa:
El cuadro se pintó en Múnich en la década de 1880, mezclando la fidelidad a los detalles históricos realistas con una puesta en escena apasionante, así como la propia imaginación del artista. Pese al celo que ponía el autor a este respecto, hay algunos detalles incorrectos y anacrónicos en la pintura, algo que por otra parte es normal si tenemos en cuenta que la obra se terminó casi medio milenio después del acontecimiento real de 1361.
Uno de los anacronismos más simpáticos del cuadro está husmeando una de las cubas: un perro salchicha. El primer perro salchicha se crió en el siglo XVI, no en el XIV, por lo que es un anacronismo. En cuanto a las casas del fondo, nunca ha habido edificios como éstos en Visby; en cambio, Hellqvist vio casas similares cuando viajaba por otras ciudades hanseáticas del norte de Alemania y dio por sentado que los edificios de Visby habrían sido muy similares. La madre del centro lleva el pelo descubierto, aunque las mujeres casadas del siglo XIV solían llevarlo cubierto. Además, el hombre del extremo derecho lleva un sombrero que los hombres judíos estaban obligados a llevar durante la Edad Media. Sin embargo, la primera vez que aparece un nombre judío en documentos suecos es en el siglo XVI. Asimismo, la armadura que llevan los caballeros también plantea ciertas cuestiones de exactitud histórica.
"Valdemar Atterdag pide rescate por Visby, 1361" o "Valdemar Atterdag impone una leva a Visby, 1361" recibió una medalla de oro en Viena, Austria, en 1882 y ahora forma parte de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes de Estocolmo, Suecia. Sus dimensiones son 201 cm × 327 cm (79,2″ × 128,8″).
Otras obras de Carl Gustaf Hellqvist:
Recuerda que en nuestra web tienes más de 70 batallitas como esta, que puedes leer totalmente gratis y sin publicidad.
La viveza de este cuadro me ha llamado especialmente la atención. Me gusta mucho como ayuda a resaltar las figuras importantes del primer plano, dejando toda la parte posterior con colores más apagados a modo de "escenario".
Si los anacronismos aún son un grave problema en la actualidad (con toda la información y recursos de los que disponemos), en el siglo XIX casi eran una garantía de cualquier obra. En aquella época aún no existía una consciencia real de lo cambiante que es la sociedad y las costumbres con el paso de los siglos. Casi tenemos que sorprendernos que de que hubiera tan pocos en esta obra!