Batallitas: la forja de un imperio
Un viaje inesperado nos dejó una de las obras maestras de la pintura histórica
El 15 de enero de 1871, el pintor Anton von Werner recibió un curioso telegrama: “Si lográis llegar a Versalles antes del día 18, seréis testigo de un evento digno de vuestros pinceles”.
⇡ Aquel telegrama se lo había enviado nada más y nada menos que el príncipe Federico, el heredero a la corona de Prusia.
Von Werner no lo dudó un momento y salió casi con lo puesto hacia la estación de ferrocarril de Karlsruhe, su ciudad de residencia.
⇡ El viaje entre Karlsruhe y París iba a ser muy peligroso, dado que, meses atrás, el ejército prusiano y sus aliados habían invadido Francia, derrotado a su ejército y puesto un sitio a París que seguía en curso.
Los alemanes habían instalado su cuartel general en Versalles.
⇡ Von Werner logró llegar a Versalles con las primeras luces del día 18 de enero.
En el palacio, subió al Salón de los Espejos. Allí se apiñaban los oficiales de los ejércitos alemanes que habían invadido Francia el año anterior.
⇡ Los gobernantes de los estados alemanes se alinearon con Guillermo I en el centro de una plataforma plana llena de estandartes.
Tras una breve homilía, Otto von Bismarck leyó una proclamación mientras von Werner empezaba a dibujar a los presentes.
⇡ Así, en opinión del pintor, “la extraordinariamente corta y sencilla ceremonia terminó sin pompa alguna”, aparte de los vítores continuaban entre las tropas dispuestas por todo el palacio de Versalles y sus jardines.
⇡ En ese momento, von Werner comprendió que ese era el gran acontecimiento histórico que debía presenciar para poder plasmarla con sus pinceles: la proclamación del rey de Prusia como emperador de un nuevo Imperio Alemán.
⇡ Anton von Werner dedicó 4 cuadros a la proclamación del Kaiser.
La 1.ª versión, destruida en la 2.ª Guerra Mundial, presenta al emperador de frente y Bismarck de espaldas en el lado izquierdo del cuadro.
⇡ El artista no quedó satisfecho con el resultado. El recién proclamado emperador estaba demasiado lejos del espectador en la composición y, además, Otto von Bismarck, el jefe político del nuevo Estado, resultaba prácticamente invisible.
⇡ La 2.ª versión también se perdió en la guerra, aunque conservamos fotografías en color.
Su composición es la que ha pasado a la conciencia colectiva de los alemanes.
⇡ La perspectiva cambia totalmente respecto a la 1.ª versión: ahora contemplamos la ceremonia desde las ventanas de la Galería de los Espejos de forma lateral.
⇡ Quizá lo más relevante de esta versión sea que el emperador deja de estar en el centro del cuadro, ocupado los verdaderos artífices del acontecimiento histórico: Bismarck (de blanco), por la vía político-diplomática y von Molke, cerebro de la derrota militar de Francia.
⇡ Entre Bismarck y el emperador, el general bávaro Jakob von Hartmann y el mariscal prusiano Leonhard von Blumenthal se dan la mano.
Es un gesto enormemente simbólico que pretende transmitir la unidad de (casi) todos los pueblos de lengua alemana.
⇡ Son 2 generales que solo 5 años antes se habían visto las caras en el campo de batalla dirigiendo ejércitos enemigos durante la Guerra astro-prusiana de 1866, y ahora se saludan cordialmente al quedar hermanados bajo el mismo estado.
⇡ Más a la izquierda están el nuevo emperador de Alemania, Guillermo I, y el Gran Duque de Baden, que al ser la persona de más alto rango presente en Versalles aparte del propio Kaiser, tuvo el honor de pronunciar el primer saludo a "Su Majestad el Kaiser".
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